Déjate Querer es un taller que transforma el fieltro en objetos textiles nómadas de ensamblajes tejidos que nos conectan física y emocionalmente con nuestra humanidad.

Partiendo de un material que es y aporta historia y humanidad al hombre, en sus creaciones hay implícita historia y conocimiento cultural, naturaleza y espíritu, proceso productivo y creativo que transforma conceptos y tradiciones.

DQ teje conexiones emocionales. En la historia de su material, en su proceso creativo y de transformación, y en el resultado hay tejidos significados que incluyen un mundo entero y que al mismo tiempo aportan nuevos mundos, nuevos territorios que conectan emocionalmente y físicamente con su usuario y el espacio.

Su materia prima tiene la capacidad tangible e intangible de reunir todos los elementos que hoy son importantes para la humanidad y el medio ambiente. Ha servido para protegernos de manera física y emocional porque es gracias al tacto que podemos tocar el mundo y sentirnos presentes en él, nos aporta sentido de pertenencia, nos reconecta positiva y significativamente con nuestro mundo material, natural y humano.

Las creaciones de DQ actúan como un archipiélago: como una red de interrelaciones que genera diversidad, que conecta lugares y acciones sobre ellos. Si el tapete tradicional delimita y es finito como lo es un continente, DQ posibilita territorios nómadas, flexibles.

Sus tapetes pueden migrar, reconfigurarse, redimensionarse, se destejen, crecen, decrecen, cambian de forma, se cuelgan, se repliegan, otorgando al espacio y al usuario posibilidades ilimitadas.

DQ rebasa al hilo, a diferencia de un tapete convencional con dos variables lineales (trama y urdimbre, punto y línea), el hilo lo evoluciona a un objeto diseñado en sí mismo.

Si el espacio es el efecto de las interconexiones materiales e inmateriales, los tapetes de DQ actúan en múltiples dimensiones no lineales: está formado por piezas interconectadas de fieltro, un material que al mismo tiempo está constituido de las interconexiones de lana, a su vez, el tapete crea un espacio que interconecta física y emocionalmente.

DQ reconcilia lo producido industrialmente y lo creado manualmente. Sus creaciones nacen de la experimentación manual (con una materia proveniente de una técnica milenaria), evolucionan con su digitalización (sus unidades mínimas se diseñan y reproducen gracias a lo digital), para regresar a ser unidas por el entendimiento universal del tejer que provoca encuentros sociales, y finalmente con el tapete se tiene una plataforma de encuentros humanos.

Además de un diseño circular en donde la vida de sus piezas comienza con materia orgánica que cuando termina se regresa a la tierra, DQ produce localmente con un objetivo Cero Residuo al continuar creando con lo restante.

Los textiles representan un punto crítico importante de convergencia para la mayoría de los temas urgentes a los que nos enfrentamos, DQ apuesta por su fuerza transformadora de consecuencias positivas y reales, de valor social y ambiental, para hacer frente a un presente y futuro que ya nos alcanzó.